El merecido reposo luego de una ardua semana a puro Dakar, entre dunas, caminos pedregosos, desiertos y montañas permitió a los competidores reponer fuerzas y evaluar estrategias para la segunda parte del raid más extremo del mundo.
Ahora es el momento de volver a salir al desierto, en este caso con destino en Antofagasta. Se viene una especial extensa, de 447 kilómetros contra el cronómetro, para retomar el ritmo de la competencia. Con 245 adicionales de enlace, la jornada cubrirá un recorrido total de 692 kilómetros.
Luego de una agitada séptima etapa, la de hoy genera grandes expectativas en torno a la lucha en lo más alto de la clasificación en prácticamente todas las categorías. La primera fase del Dakar se caracterizó por la paridad entre competidores: las diferencias entre líderes y perseguidores es escasa y todavía queda mucho por delante.
Entre las motos, Cyril Despres (KTM) manda por apenas ocho minutos y Marc Coma (KTM) no está dispuesto a seguir cediendo terreno ante su compañero de equipo. En los autos, Stéphane Peterhansel (MINI) tiene un pequeño margen sobre Kryzstof Holowczyc (MINI), Robby Gordon (Hummer) y Nani Roma (MINI), anotando al margen el aplastante ritmo que viene imprimiendo Nasser Al-Attiyah (Hummer) desde atrás.
En el caso de los camiones pasa algo similar: Gerard De Rooy (Iveco) se recuperó a último momento y lidera por muy poco delante de Ales Loprais (Tatra), Hans Stacey (Iveco) y Artur Ardavichus (Kamaz). Los quads son la excepción a la tendencia, donde Alejandro Patronelli (Yamaha) marcha algo más cómodo sobre Tomás Maffei (Yamaha) y Marcos Patronelli (Yamaha) pero nada está dicho, ya que el menor de los hemanos de Las Flores dominaba y ahora está a 1 hora y media de la punta.
Se viene la etapa 8, en un exigente trazado lleno de piedras que obligará a los competidores a lidiar con los escollos en el camino y además cuidar ante las altas temperaturas del desierto de Atacama, uno de los escenarios más desafiantes y a la vez más majestuosos del mundo.