Existen dos tipos de automóviles: los que sólo cumplen la sencilla tarea a transportar a sus pasajeros y los que te incitan a manejarlos, pasar tiempo con ellos e incluso te exigen que los lleves al límite. ¿Quién no quisiera uno de éstos para Navidad?
El Subaru Impreza WRX STi sedán tiene lo que todo niño (en cuerpo de adulto) desea tener. Con él, garantizas diversión, adrenalina, velocidad, seguridad y también… mariposas en el estómago. Por eso, el Subaru Impreza WRX STi debe ser considerado como un auto deseoso de ser conducido y al mismo tiempo de faltarle al respeto.
Esta carrocería, sin duda alguna, nos hace recordar aquellos míticos Imprezas azules con rines dorados dominantes del Campeonato Mundial de Rallies (WRC). A más de una generación nos tocó “manejarlos” en innumerables juegos de video lo cual, no se separa mucho de la realidad, pues con toda la tecnología que cuenta este bólido, hace todo muy fácil desde el habitáculo.
Hagamos las emociones a un lado y dejemos de "cantinflear" para contar la experiencia de este gran Subaru. Como es obvio, ahora el Impreza WRX STi ofrece volúmenes de carga extra. En el exterior y a diferencia de la versión de cinco puertas, en la parte trasera –en la cajuela- se colocó un enorme alerón a color de la carrocería. De igual forma, para esta versión, se incorporó una fascia deportiva que incluye un difusor de aire entre las cuatro salidas de escape. Las calaveras son idénticas a las versiones no tan deportivas del Impreza que combinan el rojo con el blanco.
Por enfrente, es la clásica historia de los modelos turbocargados de Subaru: una enorme toma de aire para alimentar a los compresores. Sin embargo, esta versión incluye una fascia un poco más aerodinámica que sostiene dos faros de niebla y además cuenta con dos orificios de ventilación para los frenos y una toma de aire central para el sistema de enfriamiento. La parrilla muestra el emblema de la constelación de Pleyades (icóno de la marca japonesa), así como el logotipo de STi.
Como ya se dijo, el Impreza WRX STi sedán está dotado de tecnología por doquier. Para empezar, este bólido tiene como corazón un motor bóxer de cuatro cilindros turbocargado que ofrece 305 HP y 290 lb-pie de torque. Su sistema motriz es único dentro de su especie. Asimismo, el WRX STI sedán está provisto con un sistema de tracción integral simétrica, el cual es complementado con equipos electrónicos que permiten cambiar la configuración de los diferenciales de acuerdo al tipo de manejo y terreno. A diferencia de generaciones anteriores, este sistema es mucho más intuitivo y no requiere de horas de lectura del manual de usuario.
El andar de este Subaru es agresivo y feroz. Como era de esperarse, es ágil y muy estable en la curvas (quizá su hábitat natural). En rectas le cuesta trabajo mantener el ritmo. Esto se debe, principalmente, a que el motor tiene que transmitir su potencia a cuatro ruedas y no a dos como casi todos su competidores.
Manejarlo en pista es un total reto, ya que uno busca demostrar que el hombre puede superar a la máquina. Los primeros giros al autódromo fueron suaves, aunque los tiempos indicaban lo contrario. Una vez conocido el trazado y las habilidades del Impreza, no tuvimos piedad con él. Sin embargo, nadie pudo derrotarlo, por más que uno trataba de sacarlo de control, era imposible lograrlo. Las llantas parecían no soportar más, pero su chasis, suspensión y sistema de tracción mantenía el auto en forma. Al final, todo quedo en una placentera y feliz derrota.
El Subaru Impreza WRX STI sedán ha mostrado que puede mantener el legado de sus antecesores. Es un vehículo sumamente ágil en cualquier terreno. Las deficiencias que tiene debido a pérdida de potencia por el sistema de tracción se te olvidan al minuto de manejar el auto. Sin duda, un vehículo que se quedará en nuestras memorias y que quisiéramos tener en nuestra cochera.