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Manejamos el Chevrolet Corvette ZR1 2019, ¡Grande entre los grandes!

Una gloriosa despedida para la disposición de motor frontal.

Manejamos el Chevrolet Corvette ZR1 2019, ¡Grande entre los grandes!

No hay deportivo con más clase para la industria automotriz norteamericana que el Chevrolet Corvette, a lo largo de siete generaciones y 66 años, (sí, es anterior al Porsche 911 o al Ford Mustang) se ha posicionado como el deportivo más icónico de EE.UU.

Y algunos podrán traer a la mesa de discusión al Dodge Viper, ahora extinto por cierto y que si bien era un deportivo muy a la americana y auténticamente brutal, en cuanto a tradición o palmarés en los circuitos de competencia, simplemente está a años luz. Por otro lado, los pony cars y muscle cars, pertenecen a otro mundo, sin dejar de reconocer que también son verdaderas vacas sagradas para Detroit.

Ok, no se me olvidó, ¿qué pasa con el Ford GT? Bueno considerando que, si por algún milagro lograras conseguir uno, cuesta el doble o más que el Corvette ZR1 y, que fue 1.37 segundos más lento en el Virginia International Race Circuit, además, para diferenciarlos bien y de paso terminar con la discusión, el Ford GT es más un auto de colección, un símbolo que Ford revive de cuando en cuando para demostrar que tan lejos puede llegar su Know How, mientras que el Corvette ZR1 es un auto para ser utilizado, ya sea diario o en la pista, disfrutado al máximo y por qué no decirlo, exigido al grado del abuso.

Sin embargo; el dicho reza así. Renovarse o morir… Y Chevrolet definitivamente no tiene intención de aniquilar al Corvette, pero también tiene clarísimo que el concepto actual no puede evolucionar más, con lo cual el próximo Chevrolet Corvette (C8) mutará a un deportivo de motor central.

Casi 70 años de evolución

Luego de casi siete décadas de desarrollo llegamos a esto, una bestia de 755 caballos de fuerza, capaz de hacer un 0 – 100 km/h en apenas 2.85 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 341 km/h. Mas impresionante aun es que lo hace con mucha facilidad, pero sobre todo que frena, se agarra y da vuelta tan bien, como lo mejor que Europa puede crear.

El ZR1 2019 representa entonces el pináculo de lo que puede ser un Corvette en la actualidad y es una despedida gloriosa para el planteamiento de motor al frente. Una salida en hombros del ruedo, y si cree que exagero, déjeme explicarle por qué creo que no es así.

Un auténtico súper deportivo

Ya desde el C5 sabemos que el Corvette es un deportivo en serio, capaz de competir con los mejores exponentes del mundo, sin embargo; faltaba mejorar aspectos como calidad de ensamble y acabados. Problemas que quedaron en el pasado con el actual C7.

Pero regresando al ZR1 2019, bajo el capó habita un bestial ocho cilindros, la unidad lleva el nombre código LT5, es decir; es una evolución del LT4 que utilizan modelos ya de por sí muy extremos como el Corvette Z06, el Cadillac CTS V-Series y por supuesto el Camaro ZL1.

Sin embargo; este bloque de 6.2 litros gana inyectores gemelos y un supercargador 50% más grande, razón por la cual la tapa de fibra de carbono que va fija sobre el bloque es tan grande, tanto, que alcanza a afectar un poco la visibilidad hacia adelante y desde adentro, la verdad no se ve muy bien que digamos.

Adicionalmente, uno de los inconvenientes del motor LT4 cuando salió el Z06 fue que tenía problemas para disipar la temperatura, algo que fue resuelto a cabalidad en ZL1 y que el LT5 lleva al extremo, ya que el ZR1 incorpora 13 radiadores para que tanto motor como caja nunca sufran de calentamiento, aun cuando se utilice de manera extrema en pista por periodos prolongados.

Según los ingenieros de GM, rodaron en el Virginia International Circuit durante 24 horas seguidas sin que mostrara señales de problemas por calentamiento.

En cuanto a la transmisión, es automática de 8 velocidades (hay manual de 7 cambios también) y envía la potencia a unos inmensos neumáticos semislicks Michelin Pilot Sport Cup 2.

Manejo impecable

Luego de todo lo anterior queda claro que el Chevrolet Corvette ZR1 2019 es una máquina sobresaliente, la marca sabe que es tan bestial que antes de prestárnoslo, nos pidió un currículum de aquellos que lo conduciríamos, y luego de corroborar que había experiencia suficiente para no acabar en una pared (tal y como le sucedió a Mark Reuss, Vicepresidente Ejecutivo y Presidente de Producto de General Motors cuando conducía el ZR1 Pace Car de la carrera de Indy en Detroit), fue que nos lo envió para nuestro especial de lo mejor de 2018.

Los Corvette no son ningunos extraños en nuestros especiales de lo mejor del año; en el 2012 tuvimos el ZR1 C6, mientras que al año siguiente el C7 Stingray estuvo presente y por último, en 2014 fue el Z06 C7.

El salto en cuanto a refinamiento entre el ZR1 C6 y el Z06 C7 fue dramático, y es que el anterior ZR1 era brutalmente rápido, pero era un potro indomable, le dejaba saber en todo momento que no tenía todo el control, algo que se solucionó con el Z06, al tiempo que era ligeramente más rápido.

Sin embargo; este nuevo ZR1 C7 está en otra dimensión, no solo es el deportivo americano más rápido que haya manejado (hablo en pista, no solo piques), acelera con furia, pero también es tan efectivo al frenar y pasar por curvas que esa sensación de peligro que transmitía se fue por completo. Como decía al inicio, si las aceleraciones son impresionantes, lo son todavía más los frenos, así como su capacidad para curvear a velocidades de infarto con total control.

Adicionalmente, al rodar a bajas velocidades es un auto relativamente cómodo, por lo menos mucho más que el Porsche 911 GT3 RS que también estuvo presente en nuestro especial. Sin dejar de tener en mente que sí es un auto hecho para la pista.

El ZR1 2019 rodó en la configuración más grande disponible de Centro Dinámico Pegaso en 1:00.32 en la vuelta con arrancada desde cero, mientras que en la arrancada lanzada el tiempo fue de 0:55.06. ¡Es una bestia!

Cabe recordar que éste trazado, es más técnico que de velocidad, está homologado por la FIA y tiene una longitud de 2.07 kilómetros, nueve curvas y la pista se encuentra a 2.580 metros sobre el nivel medio del mar.

Del interior…

Al tener el ZR1 en la pista, tengo que reconocer que casi no presté atención a detalles del interior o equipamiento, destaca el uso masivo de alcántara, así como los insertos en fibra de carbono. Sin embargo; es importante decir que la atmósfera no solo es 100% racing, sino que todo se percibe de buena factura y es agradable tanto al tacto como a la vista.

Conclusión

No cabe duda que el ZR1 2019 representa lo mejor de los deportivos americanos de la actualidad, se trata de la mejor despedida que podría haber pedido cualquier fanático del Corvette para el planteamiento mecánico que lo ha caracterizado por casi setenta años.

Seguramente el C8 será un deportivo más capaz que el C7 y de llegar una versión ZR1 probablemente sea un demonio todavía más maniobrable y mejor plantado de lo que es este ZR1 2019, que créame, ya de por sí estamos hablando de algo en verdad especial y que pertenece a un círculo de deportivos muy pequeño. Sin embargo; no puedo dejar de sentir algo de nostalgia, ya que, para poder seguir mejorando, el Corvette tendrá que abandonar buena parte de los factores que lo definen, y eso irremediablemente significa que perderá algo de su esencia.

Esta situación no hace más que incrementar el valor de este ZR1 2019, dadas las circunstancias no solo se trata de un deportivo impecable, una ganga si consideramos lo que es capaz de hacer por el precio o un aniquilador de superautos, sino que también se convierte en un clásico instantáneo, un coleccionable y un auto de culto. Como lo decía, una despedida gloriosa para los Vette de motor frontal.

 

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