Como si se tratara de Hulk, con su llamativo color verde, Audi presentó a su poderoso RS Q8, el SUV de producción más rápido en el circuito de Nürburgring. Con 7 minutos y 42.2 segundos, el coloso de la marca de los anillos demostró el poder de la ingeniería alemana, al servicio del performance. Oye, lograr ese tiempazo, en un auto así de grande, sigue siendo una feroz hazaña en el siglo 21.
Ya se había señalado con anterioridad, pero vale la pena recordar que todo esto, principalmente es culpa de su motor, un V8 de cuatro litros con dos turbocompresores, asistencia híbrida, 591 Hp y 590 Lb-pie de torque, el que comparte con el RS 6 Avant. Solo 3.8 segundos le toma llegar a los 100 km/h, para de ahí llegar a los 250 km/h que tiene por velocidad final, electrónicamente limitada, por supuesto. Aunque si lo deseas, hay un paquete extra, con frenos carbono-cerámicos y un desbloqueo del velocímetro para que el RS Q8 llegue a los 305 km/h.
Una transmisión Tiptronic de ocho velocidades es la encargada de hacer el trabajo sucio y repartir esta fuerza por medio de la tracción quattro a los ejes de este super Q8, obviamente con la gentileza de un sistema selectivo de torque y un diferencial trasero. Y porque claro, la potencia y la tracción por sí solas no bastan, Audi ofrece suspensión neumática adaptable, amortiguación selectiva y modificada para el modelo, un sistema de barras estabilizadoras electromecánicas y dirección a las cuatro ruedas.
Los conductores podrán personalizar su estilo de manejo con siete perfiles diferentes de gestión: comfort, auto, dynamic, offroad, más dos modos individuales RS1 y RS2 personalizables. Estos modos, como siempre, atacan la electrónica del motor, transmisión, sensibilidad de la dirección, suspensión, sistema de dirección a las cuatro ruedas y el sonido del motor.
Pasemos a lo estético. Sin dudas, el Q8 siempre fue un auto de carácter y que no reniega de su volumen. Ahora, gracias a su gran parrilla de marco negro y los logos negros, hay un aspecto aún más arrogante. También hay un detalle muy notable en el diseño de la fascia frontal, porque es exactamente el mismo que llevaba el Q8 cuando era apenas un conceptual hace dos años atrás. Cambia también el spoiler trasero, el difusor trasero y se integran dos discretas tomas de aire bajo los focos en la zaga. Sumado a sus enormes llantas y voluminosas salpicaderas, es imposible no llamar la atención.
Sin embargo, adentro todo es futurismo y sobriedad, en un mar de negro brillante con acentos metalizados. Un panel RS especial en el cuadro de instrumentos (el famoso Audi Virtual Cockpit) indica la potencia, la fuerza G, tiempos de vuelta, temperatura, torque y presión de los neumáticos. Incluso hay luces para avisarte cuando pasar un cambio y graficas deportivas en el Head-Up Display para que no quites la vista del frente.
Pero como finalmente es un SUV, también tiene que cumplir con su rol practico y familiar. Los asientos traseros se desplazan individualmente y cuando los reclinas por completo, puedes alcanzar más de 1,700 litros de espacio.
En Estados Unidos, el RS Q8 comenzará sus ventas el próximo año.