Mucho se ha hablado de la crisis que viven los salones del automóvil en todo el mundo, quizás con excepción de China; incluso tenemos que extender la afirmación a nuestro Salón Internacional del Automóvil (SIA) 2025 de Bogotá, que se convirtió en una buena feria para vender autos, pero pocas propuestas conceptuales o novedades globales deja ver; a diferencia de antes de la pandemia.
Por lo mismo, lo que pasa es que el gasto excesivo que representa una exhibición pública no es proporcional con el retorno que se obtiene de ellos, considerando, en el plano internacional, la crisis que atraviesa la industria y la necesidad de cuidar los gastos.
Me ha tocado visitar el Autoshow de Los Ángeles a lo largo del tiempo, desde la época en que era opacado por el Salón de Detroit, pero era muy valorado por las marcas premium y de lujo (por el perfil de clientes que hay en Los Ángeles), pasando por su etapa de nueva vitrina de las tecnologías ecológicas, hasta ahora, etapa en la que se ha convertido en una muestra enfocada en el público local —similar al SIA 2025— más que en la industria global.

Por lo mismo, prácticamente no hay estrenos mundiales, ni siquiera debuts nacionales. Solo una buena muestra de autos para la ciudad que más los consume en Norteamérica. Volvemos a nuestra teoría de que se trata más de una feria que de un salón.
Pero algo cambió este año, donde nuevamente se utiliza el rimbombante nombre de "Automobility L.A." y el eslogan "The future in Motion" o El futuro en movimiento. La novedad es que vemos más marcas que nunca en Los Angeles Convention Center.

Dos años atrás, fabricantes de renombre como Nissan, Honda y Volkswagen brillaron por su ausencia en este evento, y toda la atención quedó para marcas como Ford, Subaru, Hyundai, Kia y Toyota, que incluían exhibiciones con pistas de pruebas "bajo techo" para sus modelos. El año pasado se sumaron algunos fabricantes más y este año podemos asegurar que estaban todas las marcas generalistas del mercado estadounidense, menos Mazda y Mitsubishi.
Siguen ausentes las grandes marcas premium. No estaban las alemanas Audi, BMW y Mercedes-Benz, pero tampoco las japonesas Acura, Infiniti y Lexus, o las británicas como Land Rover. Ni hablar de supermarcas como Aston Martin, Bentley, Ferrari, McLaren y Rolls-Royce, pese a que a pocos kilómetros de distancia está Beverly Hills, el centro neurálgico de la venta de estos modelos.

De este segmento exclusivo, solo acudieron Maserati (de la mano del Grupo Stellantis, que tiene plena presencia), Lincoln, Cadillac y Genesis, la marca refinada del Grupo Hyundai, que tiene el stand más grande entre las firmas de alta gama. Sumemos a Volvo, aunque en muchos mercados no se le considere del mismo nivel que el resto.
Ahora, muchas marcas pero escasos destapes. Desde hace rato que los fabricantes coreanos buscan darle relevancia a su presencia en Los Ángeles; este año, Kia estrenó la nueva generación de Telluride y Genesis mostró el impresionante GV60 Magma, su primer modelo deportivo de producción.

Sumemos a este grupo un conceptual impresionante: el Hyundai Crater, una especie de buggy eléctrico que podría adelantarnos muchas sorpresas en la marca, que por estos días hace énfasis en el mundo off-road con su gama XRT. Los tres fueron estrenos mundiales y si sumamos el Kia K4 HB GT-Line y el Hyundai Ioniq 6 N, que fueron debuts nacionales, claramente que los coreanos entienden este negocio mejor que el resto.
Para nosotros, que venimos de Suramérica, nos encontramos con muchas futuras novedades para nuestro mercado, o novedades sin apellido, porque varias de ellas nunca pisarán nuestro territorio. La lista es larga:

- Chevrolet Bolt (facelift)
- Dodge Charger (combustión)
- Ford Mustang GTD
- Honda Prologue y Honda Prelude
- Hyundai Palisade
- Jeep Cherokee y Jeep Recon
- Kia K4 Hatchback
- Nissan Leaf, Sentra, Pathfinder y Rogue (X-Trail) PHEV
- Subaru Outback, Trailseeker y Uncharted
- Toyota RAV4 y Crown Signia
- Volkswagen Taos (facelift)
Parece que en Salón de Los Ángeles vuelve a la vida, pero sabemos que las marcas apuestan hoy por eventos que den retorno. Los Ángeles es la ciudad donde más autos se venden en Norteamérica y estar acá, en esta exhibición que congrega medio millón de visitantes en 10 días, parece una apuesta muy lógica.