
Aston Martin llegó a la Monterey Car Week 2025 con una celebración digna de su historia: 75 años de presencia en el continente americano. Lo hizo con una de sus puestas en escena más ambiciosas, marcada por el debut mundial de la Thrillseeker Collection.
Se trata de un trío de deportivos convertibles creados por Q by Aston Martin, "un homenaje al placer de conducir a cielo abierto y a la cambiante paleta de colores de Carmel Bay", dice la marca.
El Vantage Roadster luce el tono Mako Blue, inspirado en el amanecer y la neblina matinal; el DB12 Volante adopta el Seychelles Blue, con la energía vibrante del sol de la tarde; y el Vanquish Volante se viste de Ultramarine Black, evocando la profundidad y el misterio del anochecer.
Los tres llevan rines y detalles en bronce, un guiño al sol ámbar del Pacífico e incluyen un juego de equipaje a medida. Solo se fabricaron nueve unidades, todas vendidas, con entregas previstas para el cuarto trimestre de 2025.
Sin embargo, la mirada de muchos se fijaron en el Valhalla, el primer superdeportivo de motor central y producción en serie de Aston Martin, así como su primer híbrido enchufable y primero con autonomía eléctrica dedicada, cuyo debut se realizó en Pebble Beach.
Desarrollado junto a Aston Martin Performance Technologies y con influencia directa de la Fórmula 1, promete un diseño espectacular y una dinámica de conducción de alto voltaje. Se exhibió tanto en The Quail: A Motorsports Gathering, como en el Pebble Beach Concept Car Lawn.
Durante la semana que acaba de pasar, el House of Aston Martin en Pebble Beach ofreció hospitalidad exclusiva a invitados, pruebas de manejo desde el Bernardus Lodge en Carmel Valley y experiencias junto a su nuevo socio, Glenfiddich. Además de la Thrillseeker Collection y el Valhalla, se mostraron el recién presentado DBX S y Vantage S, con lo que se marca el regreso de la legendaria nomenclatura “S”.