Los sistemas que facilitan el parqueo de un vehículo se conocen como asistentes al estacionamiento del automóvil. Estos han surgido como medios para apoyar la conducción cuando se requiere estacionar el vehículo en pequeños espacios donde puede sufrir daños como rayaduras o golpes.
Los sistemas están diseñados para que el automóvil pueda ser parqueado del lado derecho, del lado izquierdo, lateral o perpendicularmente. Es importante entender que estos sistemas están diseñados para prestar una ayuda en la maniobra de parqueo, pero que no exime al conductor de la responsabilidad de la maniobra, -en pocas palabras-, el conductor puede tomar el control del vehículo en cualquier momento con solo pisar el pedal de freno.
El problema de parquear siempre ha existido y los fabricantes de vehículos lo han tenido en cuenta. Es por esto que en los años 60, se crearon sistemas para el parqueo y se denominaron sistemas pasivos.
El nombre lo recibieron porque se instalaron barras flexibles en los costados que permitían al conductor observar la proximidad de un elemento. Estos elementos se usaban con mayor frecuencia en vehículos de transporte de carga que, por su longitud, tal maniobra se tornaba más difícil. De igual forma, estos implementos se comenzaron a emplear en vehículos de alta gama, como en los Mercedes-Benz Clase S.
Con el avance tecnológico y la aplicación de sensores en los vehículos, existen sistemas activos que le indican al conductor la proximidad de un objeto por medio de señales acústicas u ópticas o, dependiendo del fabricante, una mezcla de ambas.
La versión exclusivamente acústica altera la frecuencia del pitido hasta hacerlo continuo a medida que el vehículo se aproxime a un objeto; se activan a distancias menores de aproximadamente 30 cm. Los sistemas óptico-acústicos muestran por medio de gráficos, la distancia en una pantalla.
Sensores de ultrasonido
Estos sistemas emplean sensores que emiten ondas ultrasónicas, que están por encima de frecuencias perceptibles al oído humano (20.000 Hz). Sus sensores son de forma circular y, generalmente, se insertan en los parachoques delanteros y traseros. En la mayoría de los casos, entre más ancho sea el vehículo más sensores utiliza. Las señales son recibidas por una unidad que se encarga de determinar la proximidad de objetos.
Según el fabricante, cada asistencia de parqueo tiene un nombre diferente: Audi denomina su sistema APS (Acoustic Parking System); BMW, PDC (Park Distance Control); Mercedes-Benz, Parktronic; y, Volkswagen, ParkPilot, entre otros fabricantes.
Sistemas de parqueo basados en radares
El principio de medición es el mismo que el de la tecnología del ultrasonido. La gran diferencia es que se utilizan señales de radar, por lo cual permiten ubicar al vehículo espacialmente en un lugar. Esta característica trae consigo beneficios como no necesitarse sensores adicionales, no se requiere la inclusión de sensores en los parachoques (esto reduce la utilización de elementos y el conocimiento para instalación); y la disminución de los costos por el montaje, complejidad técnica y peso, ya que todos los elementos están integrados un solo elemento.
La desventaja de este sistema se presenta cuando en condiciones de lluvia extrema se pone en funcionamiento el sistema. Los sensores del radar pueden, reconocer la lluvia frente al parachoques como un obstáculo. Las marcas de vehículos han evolucionado e implementado sistemas de semiaparcamiento y autoaparcamiento, los cuales se diferencian porque los últimos no requieren del conductor para la toma de decisiones en la operación y se vuelven vehículos autónomos.
Por otro lado, los sistemas de asistencia al parqueo están clasificados en el nivel 2 de autonomía, en donde una unidad controla y manipula la dirección electro-asistida y el acelerador del motor. Pero no eximen al conductor de estar atento de la maniobra y de reaccionar si ocurre un hecho imprevisto donde deba aplicar el pedal del freno desactivando el sistema.
Algunos estudios en países como Alemania, el Reino Unido, Estados Unidos, Corea, Australia y Japón han indicado que entre el 15% y 40% de las reclamaciones en los seguros es por motivo de la maniobra de aparcamiento. Del mismo modo, el estudio permitió establecer que alrededor de las tres cuartas partes de estos casos, el vehículo se impactó contra objetos altos y delgados, como bolardos y columnas.