El diseño, el desempeño mecánico, los recursos de infoentretenimiento o el consumo estimado, son, por lo general, algunos de los aspectos más relevantes para los usuarios al momento de comprar un vehículo; sin embargo, un tema clave como es la seguridad activa y pasiva se deja de lado o, simplemente, se minimiza.
El asunto va más allá de una simple percepción; de hecho, así lo demuestra un estudio realizado por el Centro Nacional de Consultoría en 2019, donde se evidencia que solo 16% de los usuarios de automóvil tiene en cuenta la seguridad del vehículo al momento de comprar.
Infortunadamente, las altas cifras de accidentalidad vial reflejan la poca valoración que le damos al tema de la seguridad: entre enero y noviembre de 2020 se registraron 4.741 fallecidos en las vías colombianas, según datos procesados de manera preliminar por el Observatorio Nacional de Seguridad Vial.
A simple vista, las cifras reflejan una reducción de 20,1% (1.195 víctimas menos) con respecto al mismo periodo de 2019; sin embargo, por el tema de la pandemia se debe considerar que el año pasado el volumen de desplazamientos en vehículos se redujo considerablemente.
Regulación de seguridad vehicular
El tema de seguridad vehicular no solo implica que el usuario se informe oportunamente, sino también depende en gran medida de la normativa local al respecto; en el caso de Colombia, para ser sinceros, estamos quedados. Se estima que en materia de regulación de seguridad vehicular, el país tiene un retraso de 20 años, frente a lo que rige en Europa o Estados Unidos.
“En el 2019, el gobierno manifestó públicamente su compromiso de adoptar las regulaciones internacionales como parte de la legislación nacional. Nuestro proyecto acompaña esta decisión para que se haga realidad lo antes posible”, señala Carros más seguros, un movimiento social que informa a la ciudadanía para que pueda elegir los modelos más seguros al momento de comprar.
De acuerdo con dicho organismo, el que Colombia no se haya adherido al Foro Mundial para la Armonización de la Reglamentación sobre Vehículos de las Naciones Unidas – WP 29, hace que la mayoría de los autos que se comercialicen en el país no cumplan con los mínimos estándares internacionales de seguridad.
En todo caso, en la última década se han implementado algunas medidas que contribuyen a mejorar la seguridad vehicular en el país, como son la Ley 1383 de 2010 (implementa la revisión técnico-mecánica), la Ley 1702 (la cual crea la Agencia Nacional de Seguridad Vial), la Resolución 2273 de 2014 (establece el Plan Nacional de Seguridad Vial) o la Resolución 3725 de Mintransporte, donde se adoptan elementos mínimos de seguridad vehicular.
¿Qué se debe considerar?
Un gran triunfo para los consumidores fue lograr que desde 2018 todos los vehículos nuevos que se comercialicen en el país ofrezcan un equipamiento básico en seguridad, integrado por: cinturones de seguridad, dos airbags, frenos ABS y apoyacabezas.
Para determinar que un vehículo es más o menos seguro, el usuario debe considerar que, aparte del equipamiento básico de seguridad, un vehículo gana puntos a medida que añade más recursos de seguridad que reducen considerablemente la probabilidad de un siniestro y protegen efectivamente a los ocupantes en caso de choque
Justamente, desde el año pasado se les exige a las marcas especificar en su publicidad (a través de íconos) la presencia o no de seis elementos de seguridad en los vehículos nuevos que se venden en el país:
- Sistema Antibloqueo de frenos (el ABS ya es obligatorio)
- Número de airbags (más de dos es lo ideal)
- Sistema de fijación de silla infantil (Isofix)
- Control Electrónico de Estabilidad
- Alerta de Colisión Frontal
- Frenado Autónomo de Emergencia
Seguridad vehicular, una prioridad
Otro aspecto de seguridad que debería considerar un comprador son las calificaciones internacionales del modelo de su interés. En este caso, es importante indagar sobre la valoración que hacen los organismos especializados, como el Insurance Institute for Highway Safety (IIHS), la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) o el Programa Global de Evaluación de Vehículos Nuevos (Global NCAP), cuyo capítulo para la región es Latin NCAP.
En cuanto a Latin NCAP, por ejemplo, la calificación se hace entre 0 y 5 estrellas; obviamente, entre más estrellas obtenga un vehículo significa que ofrece mayor protección a los ocupantes, si se presenta un accidente. En el caso de este organismo, las pruebas de choque evalúan la protección a los ocupantes adultos y niños en choque frontal (a 64 km/h) y en choque lateral (a 50 km/h).
Finalmente, es pertinente indagar sobre los avances en materia de seguridad que ofrecen las diferentes marcas, para conocer de primera mano los sistemas o herramientas adicionales que puedan implementar en los vehículos que traen a nuestro mercado. Por ejemplo, una marca como Toyota busca alcanzar el objetivo de cero víctimas en accidentes de tránsito a través de un enfoque triple: personas, vehículos y entorno.
“Al año, desarrollamos más de mil pruebas y todos nuestros vehículos comercializados en el país son probados en las geografías nacionales. Este riguroso sistema nos ha permitido combinar diversas opciones de seguridad activa y pasiva. En algunos modelos estas características se presentan trabajando en conjunto dentro de nuestro sistema Toyota Safety Sense”, señala Juan Manuel Alvarado, vicepresidente comercial y de planeación de Automotores Toyota Colombia.