Nuestra sociedad está plagada de mitos y el sector automotor no se libra de esta realidad; de hecho, en el mercado colombiano hay una creencia arraigada entre propietarios de vehículos y técnicos automotrices, en el sentido que, luego de cierto kilometraje del vehículo, se debería cambiar la especificación original del aceite por otra más viscosa.
Se trata de una práctica generalizada que suele aplicarse pasados los 50.000 kilómetros. En esos casos, se toma la decisión arbitraria de cambiar el aceite por uno más grueso, pues se cree que a partir de ese kilometraje las partes internas del motor pierden ajuste y “para compensar ese desgaste” (se justifican algunos mecánicos), surgió el mito de aumentar la viscosidad del aceite de motor.
La palabra de los expertos
La respuesta al interrogante de nuestro titular es simple: es erróneo aumentar la viscosidad del aceite y, por el contrario, siempre se debe respetar la especificación original que señala el fabricante del motor. Ello se debe a que la especificación original del motor, digamos, como ejemplo, 5W20, responde a una generación de lubricantes que trabaja solidaria con una nueva tecnología de motores.
Los propulsores modernos usan materiales como aluminio y sus aleaciones: así mismo, se diseñan con determinadas medidas de tolerancia de anillos, bombas de aceite, conductos de lubricación, guías de válvula, casquetes e incluso turbos, que cada vez son más comunes en los autos cotidianos.
En consecuencia, hay gran número de piezas internas que requieren un grado de viscosidad específico para lubricarse adecuadamente, desde el encendido en frío hasta que el motor logra la temperatura óptima de funcionamiento. Obviamente, luego de estudios y análisis, es el fabricante el que recomienda el tipo de aceite que debe usarse en cada caso.
De acuerdo con lo anterior, los expertos señalan que el lubricante para los motores actuales debe tener características muy especiales y viscosidades muy bajas (por ejemplo, 0W20, 0W30, 5W20 o 5W30), con películas muy delgadas pero resistentes a puntos críticos de calor, a donde llega el lubricante para refrigerarlos.
Los lubricantes modernos superan más retos
Así mismo, los especialistas recuerdan que debido a los turbos y los pistones que se usan en la inyección directa resulta más crítica la formación de depósitos de carbón en estos componentes, lo que puede llegar a obstruir el paso del aceite e impedir que este cumpla con eficiencia la tarea de mitigar el calor.
De igual manera, los aceites modernos deben interactuar con otros elementos, como los sistemas de apertura valvular de variación variable (VVT), en donde el lubricante interviene de forma directa.
Finalmente, en el caso del desgaste en frío, por ejemplo, un motor diseñado para usar 5W30 debe estar totalmente lubricado en ocho segundos, luego del arranque en frío. Si se aumenta la viscosidad del aceite (ejemplo a 15W40), tomará alrededor de 40 segundos en lubricarse adecuadamente, lo que significa un desgaste extra en cada arranque, con lo que se acorta drásticamente la vida útil del motor.
“Los lubricantes 20W50 y similares pueden ser de muy buena calidad, según la marca, pero pertenecen a una época pasada de la ingeniería mecánica, que ya no aplica para los motores recientes; por el contrario, su uso indiscriminado en propulsores que requieren de otra especificación es nocivo, porque aceleran el desgaste”, explica el ingeniero Carlos Mora, director de Lubricación de Impocali.